domingo, 24 de enero de 2010

¿Debe el Estado imponer una lengua?

Todo el debate surgido por la publicación del decreto de la enseñanza presentado por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, me ha llevado a pensar si realmente el Estado debería imponer un determinado idioma en el territorio que controla. Lo primero que necesitaríamos averiguar es si conocer y hablar una determinada lengua constituye un derecho natural. Es evidente que uno de los rasgos distintivos y formadores de un ser humano lo constituye la lengua que aprendió a hablar en su infancia. Todo su conocimiento de la realidad viene mediatizado por ésta y negarle su utilización constituiría una grave agresión a su dignidad como persona. Por dicho motivo, cualquier legislación positiva debe reconocer el derecho a la utilización de la lengua materna. Así lo hace el artículo 3 de la Constitución Española:

“1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.”

Sin embargo, surge ya aquí el primer problema cuando se afirma que todos los españoles tienen el deber de conocer el castellano. Esto constituye una obviedad para aquellos españoles cuya lengua materna sea el castellano (o español). En este caso no existe deber, ya que su conocimiento es una realidad. Pero, ¿qué sucedería en aquellos casos donde el castellano no sea la lengua materna de un ciudadano español? ¿Tiene el Estado el derecho a imponerle la obligación de su conocimiento? Igual pregunta hemos de hacernos cuando nos encontremos con casos donde las administraciones autonómicas intenten imponer cualquier lengua a aquellas personas que sean castellohablantes.

Es patente que el uso de una lengua vehicular constituye un elemento útil e integrador de una sociedad. Incluso podemos reconocer los motivos económicos para la utilización de una lengua común. Imaginemos en caso contrario la “torre de Babel” que sería una oficina de la Administración. Así, la necesidad de utilizar varias lenguas en el ámbito público evidentemente tiene como consecuencia un incremento de costes. Sin embargo, en determinados territorios, para poder respetar los derechos de los individuos, ha de incurrirse en dicho gasto. Serían aquellos territorios donde existieran grupos lo suficientemente amplios de hablantes de varios idiomas. Sin embargo, la definición de lenguas cooficiales debe basarse en motivos históricos, huyendo de cualquier planteamiento ideológico.

Una consecuencia de la imposición de una determinada lengua, incluso la definida como propia de un territorio, supone una agresión a la libertad de las personas. Como ya hemos comentado, es imposible por sus costos económicos que un Estado respete los derechos lingüísticos de cada uno de sus habitantes. Con los actuales movimientos migratorios es posible encontrar multitud de idiomas en un país. Por dicho motivo, bastaría, como ya hemos dicho, con respetar los derechos de los distintos grupos humanos mayoritarios presentes en un determinado territorio del país. Pero entiéndase que dicho principio es de tipo utilitarista y económico, no existiendo razones para modificar, según la evolución de la estructura humana, las lenguas a utilizar por la Administración. El único principio estable lo constituye el respeto de la lengua materna de una persona. Sin embargo, aunque la Administración se encuentre con el problema descrito, no debería ocurrir lo mismo con la educación. Devuelva el Estado a sus ciudadanos el dinero utilizado para la enseñanza y deje que sean estos quienes decidan dónde utilizarlo. De esta forma, surgirían multitud de centros educativos que se adapten a las preferencias individuales de cada padre, no solo en materia ligüística sino también en muchos otros aspectos. Incluso serían posibles modelos basados en lenguas no propias de un territorio, con la limitación evidente de ser capaces de ofrecer las herramientas lingüísticas necesarias para poder integrarse los alumnos en las sociedades donde viven, pero sin perder con ello el derecho a la elección de su lengua materna.

El diez de junio de 1898, sobre las seis y media de la tarde, una lengua con siglos de historia desapareció de este planeta: el dálmata. Antonio Udina fue su último hablante. Posiblemente fue la lengua materna de San Jerónimo. Las lenguas, igual que las personas, mueren. Pero la responsabilidad de su existencia pertenece a los individuos, no a los estados. Como español, gallego, vasco, catalán, valenciano, balear, asturiano, mirandés, aragonés o extremeño (1), debemos sentirnos obligados a conservar la herencia que nos legaron nuestros padres. Pero esta obligación no debe basarse en la imposición de nuestra lengua a otras personas que no la comparten o en el exterminio de las suyas y el Estado sólo debería limitarse a reconocer y permitir el ejercicio de nuestros derechos. De esta manera, respetando la libertad de cada individuo, éste podrá conservar su legado lingüístico y evitar convertirse en un futuro en el último hablante de su lengua. Está en nuestras manos.


(1) Lenguas de España

11 comentarios:

Anónimo dijo...

La respuesta claramente es no. Deben ser los padres, y posteriormente el propio individuo, quienes decidan que educación deben recibir sus hijos. Esto incluye al idioma.

Los padres, si así lo desean, tiene (o deberían tener) el derecho de enviar a sus hijos a un colegio en el que se diesen las clases exclusivamente en mandarín (por citar un ejemplo), y que el único español que aprendiesen sea en la calle.

Si hay gente que se preopua xq determianda lengua pueda desaparecer, me parece muy bien. Pero que la aprendan ellos y sus hijos, sin obligar a los demás.

Debe ser el libre mercado el que decida que lengua se utilice y enseñe.

Eetión dijo...

Snake:
¿Cómo es posible que existan personas que no vean la evidencia de la respuesta? Sólo lo entiendo de gentes muy ideologizadas.

Eetión dijo...

Hay que ver lo que dicen algunos (fuente: El País):

“En cuanto a la elección de los padres, "es bastante limitada, aunque a algunos les parezca excesiva". Es "aberrante" para José Manuel Suárez, presidente de la Asociación de Pedagogos de Galicia. También para los sindicatos representativos en la enseñanza, excepto ANPE, el más cercano al PP. UGT asegura que habrá "un conflicto de dimensiones incalculables". El mayoritario, el nacionalista CIG, dice que "ni los padres ni las madres son quienes deben diseñar el currículum de sus hijos".

El catedrático de Didáctica de la Lengua de la Universidad de Santiago de Compostela José Manuel Vez Jeremías lo explica de la siguiente manera: "Los padres entrarían en una situación muy compleja sin estar preparados. Lo más es la dejación de responsabilidades institucionales para dejarla en manos de opiniones de la sociedad, creando un conflicto al profesorado. Es un tema técnico, político y de gestión educativa, y es la comunidad educativa la que debe decidir".


Es decir, que los padres no tienen libertad para decidir lo que han aprender sus hijos, y además no están preparados para tomar esta decisión. ¡Menudo concepto de libertad!

JFM dijo...

Si el Estado debe poner multas o cosas por el estilo la respuesta es claramente nó.

Sin embargo hay dos preguntas subsidiarias

1) Debe el Estado atender en lengua regional?

Daré el ejemplo del ejercito imperial austro-hungaro ya que los ejercitos estan sometidos a un test de eficacia llamado la guerra. Pues en el ejercito autriaco la afectacion de los oficiales se hacia por criterios linguisticos en vez de profesionales: si hacia falta un oficial de artilleria en un regimiento eslovaco y el candidato idoneo era hungaro pues se le daba el puesto a alguien que hablase eslovaco pese a saber que era un inutil y de lealtad dudosa. Corolario: si habia veinte buenos oficiales hungaros en una especialidad pero solo diez puestos "hungaros" los otros diez acababan dimitiendo asqueados. Pues el resultado fué que el ejercito austriaco se pasó mas de un siglo yendo de derrota en derrota. Incluso fué derrotado por los Serbios en 1914 que solo tenian un fusil para dos hombres y ademas de un solo tiro. Y si bien es verdad que el problema que hé expuesto no fué el unico motivo si podemos ver lo que ocurre cuando por el requerimiento de poder atender en lengua regional se restrinje la posibilidad de afectar a los funcionarios segun las necesidades del servicio (ademas de que alguien que habla una lengua minoritaria es demasiado precioso para afectarlo en una region de lengua mayoritaria)


2) Es bueno que se hable la lengua regional fuera del ambito privado?

Que pasa si, como quieren los nacionalistas, se toma el habito de usar la lengua regional en la empresa? Pues que se le hace muy dificil a la empresa contratar a alguien de otra region aunque sea mejor que el candidato local, a una persona de otra region de venir a trabajar alli y si una persona de la region de lengua especifica va a una de lengua comun la hostilidad de sus colegas ("si yo no puedo ir allí porque puede este venir aqui?") hara que la empresa se lo piense dos veces antes de contratarlo. O sea que se generan odios que es precisamente lo que quieren los nacionalistas.

En Alemania hay multitud de dialectos que no son mutuamente comprensibles y la gente los habla con los amigos. Pero en la empresa se habla el leman comun (Hochdeutsch) y desde luego que no cometen la barbaridad de enseñar la trigonometria en frison.

Eetión dijo...

JFM:
En el caso del ejército, estoy de acuerdo en que el criterio de elección sea el de eficacia sin atender a ningún otro. En caso contrario pasaría como con las cuotas de mujeres para un determinado puesto. De todas formas, aquí el Estado es el que debería tomar la decisión pues considero que una de las pocas funciones que debe tener a su cargo es la defensa. De todas formas, sería interesante ver como un oficial húngaro podría entenderse con su tropa eslovaca. ¿Qué tipo de lengua franca o vehicular se usaba en el Imperio Austro-húngaro?

En relación a la empresa tenemos algo parecido, aunque el Estado no debe intervenir para nada en estos casos. El empresario necesitará personas que cumplan una función. Pongamos el caso de una persona que atienda directamente a los clientes. Si los clientes de la empresa utilizan mayoritariamente una lengua, elegirá una persona que la hable. Si le interesa abarcar un mercado más amplio, contratará a una persona que hable los dos idiomas. Esto pasa mucho en Canarias, con personas que trabajan en hoteles atendiendo a extranjeros (alemanes e ingleses mayoritariamente). No veo la causa de que sus compañeros sientan hostilidad hacia esa persona, siempre que cumpla con su trabajo. El problema estaría cuando el desconocimiento de una de las lenguas no le dejase cumplir con su obligaciones. Entonces estaría justificado su despido sin ver en esto algo discriminatorio. De todas formas, a veces los resentimientos surgen como vestigios de nacionalismos disimulados: ¡entro en un bar y el camarero no sabe hablar mi idioma y esto en mi propia tierra!... ¡Pues vete a otro bar donde sepan hablar tu idioma! Éste se perderá a un cliente y si empieza tener pérdidas ya verás como te atiende en tu lengua, pero no vayas a denunciarlo anónimamente para que lo multen (¿a qué me suena esto?)

Un saludo y gracias por comentar.

rojobilbao dijo...

Yo entiendo que no se debe obligar a estudiar lengua alguna, pero estiremos la casuística. Los padres hablan esperanto en casa y educan a su hijo ellos mismos. Cuando cumple 18 años se encuentra que sólo habla esperanto y ¿qué vida profesional le queda? ¿odría demandar a sus padres por no haberle dado la educación mínima?

JFM dijo...

EEtion

Gracias por haberme respondido. No conozco muy bien el ejercito austricao. Me tropecé con ese dato en literatura sobre la Primera Guerra Mundial. Es evidente que Austria estaba confrontada a un problema intrinsico; una poblacion heterogenea sin una lengua comun que hubiese aprendido en las inexistentes escuelas. Pero en cambio en Espańa no hay razon otra que el politicamente correcto para que administracion nacional te atienda en lengua local y todos los inconvenientes que expuse.
Puesto que mencioné a Alemania y sus dialectos hay que decir que el Hochdeutsch era la lengua del escrito desde Lutero (los catolicos intentaron sin exito crear un aleman propio).

Sobre el tema de la empresa no creo que la analogia con puestos de atnciona la cliente sea valida ya que por una parte solo concierne un numero limitado de empresas y dentro de ellas a ciertos puestos de trabajo. Ademas de que la empresa "es inocente" ya que se trata
de una realidad externa. En cambio lo que quieren los nacionalistas es que la comunicacion interna, las reuniones, las ordenes se hagan en lengua local y ello lleva a cerrar a toda una region a los de afuera y ademas de forma voluntaria.

Eetión dijo...

Rojobilbao:
Ese es un problema interesante. ¿Qué hacer con aquellas personas que en el uso de su libertad han sido negligentes? Pongamos dos ejemplos:

Imaginemos un sistema de pensiones privado donde cada uno pueda libremente ahorrar para su jubilación. ¿Qué hacemos con aquellas personas que incluso teniendo dinero en su momento han sido unos pródigos y al final cuando se jubilan no tiene lo suficiente para vivir? ¿Le ayudamos? Seguramente será caritativo ayudarles, pero ¿es justo que les ayudemos?

Vemos cada dos por tres como unas inundaciones o un incendio destruye una casa. Los propietarios de las mismas han tenido dinero para pagar un seguro, pero no lo han contratado. ¿Estamos obligados a ayudarles? ¿Sería esto justo para aquellas personas que se han sacrificado contratando su seguro?

Eetión dijo...

JFM:
Lo que intentaba exponer es que, en estos casos, debemos dar libertad a cada empresa para organizar sus recursos como quiera. Que ella asuma el riesgo de sus decisiones sin que el Estado se inmiscuya en sus asuntos.

Andrés Álvarez F. dijo...

Me identifico plenamente con el último párrafo del artículo. En USA hay millones de hispanohablantes y sin embargo la Administración y las empresas siguen sin tener instituido un sistema de lenguas oficiales. Y es que la oficialidad de una lengua determinada, y su promoción por parte del gobierno, es la semilla de la discordia.

Eetión dijo...

Lo de Estados Unidos es curioso, pero lógico si tenemos en cuenta su historia. He encontrado un enlace que explica esta situación:

El ingles y el idioma oficial de Estados Unidos.

De todas formas, actualmente hay un debate abierto en el país. Dejo dos enlaces más:

¿Estados Unidos necesita un idioma oficial?

El inglés será lengua oficial en Oklahoma

Destaco por su importancia el siguiente párrafo:

"Cuando John Adams, que llegó a ser el segundo presidente de la república, quiso establecer una academia oficial dedicada a promover y obligar el uso del inglés, el congreso rechazó su propuesta declarándola “anti-democrática y un riesgo para la libertad individual.” Eso fue en 1780."